miércoles, 11 de junio de 2014

EL MITO DEL MARCO : KARL POPPER



DÉCIMA PRIMERA SEMANA
PRIMERA LECTURA

EL MITO DEL MARCO
Karl Popper- Resumen


Para Karl, en estos tiempos la intelectualidad defiende el irracionalismo, dando por supuestas ciertas doctrinas irracionalistas, uno de los elementos integrantes del irracionalismo moderno  es el relativismo, doctrina según la cual la verdad es relativa al trasfondo intelectual. Estudia el problema del relativismo, sosteniendo que detrás de esta, se encuentra el llamado “mito del marco”, explica y critica este mito, a la vez que  comenta argumentos que se han empleado para defenderlo.

Los relativistas exponen patrones de comprensión recíproca de modo excesivo para cualquier criterio realista que al no satisfacerlos afirman la imposibilidad de comprensión, a lo que Karl sostiene que, cuando hay voluntad y esfuerzo, es posible una comprensión verdaderamente amplia, ya que durante el proceso el esfuerzo se compensa tanto por lo que aprendemos sobre nuestras propias opiniones como por lo que tratamos de comprender; refuta al relativismo de modo amplio.

Es admirador de la ortodoxia, pues el aumento del conocimiento depende, totalmente, de la existencia del desacuerdo, ya que este puede conducir a la discusión, al argumento y a la crítica mutua. 

Para Karl; El mito tiene el aspecto de un juicio sobrio, de una advertencia sensible, a la que debemos prestar importante atención en el momento de mantener una discusión racional. El “marco” es el conjunto de supuestos básicos o principios fundamentales; un marco intelectual. El mito contiene un núcleo de verdad, entendiéndose que será difícil una discusión si los marcos tienen poco en común, así como si los participantes están de acuerdo en todo, la discusión resultaría más cómoda, fácil y racional, aunque tal vez un poco aburrida. En este sentido, la utilidad, dependerá de la distancia originaria entre las opiniones de los participantes en la discusión. Cuanto más grande sea esa distancia,  más fructífera puede ser la discusión, si esta no es en lo absoluto imposible, como lo afirma el mito del marco.

Karl, hace referencia de casos extremos:
-Al contemplar con tolerancia y respeto las costumbres y las leyes convencionales, distintas a las nuestras, hay posibilidad de confrontación fructífera entre personas profundamente comprometidas con marcos diferentes, que a pesar de una conversación prolongada no podemos esperar que terminen en acuerdo los participantes.

-Nuestra civilización occidental es el resultado del choque o confrontación de diferentes marcos. Sugiere, que nosotros mismos y nuestras actitudes son el resultado de confrontaciones y discusiones no concluyentes, como lo señala Herodoto.

- Hace referencia al choque de marcos o choque de culturas – la historia del milagro Griego- que desempeñó un papel importante en el surgimiento de la ciencia griega. De la que extrae una importante conclusión crítica: el conocimiento humano es falible. Cuyo resultado es la aplicación del método del análisis crítico a la producción del mito, al intento de comprender y explicar el mundo por nosotros mismos.

Señala, que la lógica no acepta ni niega el mito del marco, sino que podemos tratar de aprender unos de otros y que lo que se consiga dependerá de la buena voluntad, de  nuestra situación histórica y de nuestra posición  ante los problemas. Mediante la racionabilidad.

Una de las primeras tareas de la razón humana es hacernos  comprensible el universo en el que vivimos que está en función de la ciencia e incluye dos componentes; El primero es la evidencia poética a través de la que se procura comprender y explicar el mundo, la vida y la muerte humanas, mediante la invención de historias, mitos, de los pueblos o tribus con relatos  explicativos. El segundo componente: es la invención de la crítica, de la discusión crítica de los diversos mitos explicativos, con el fin de mejorarlos conscientemente. Lo que para Karl es una tradición escolar, basada en conjeturas.

La tradición critica se fundó con la adopción del método según el cual se criticaba un relato o explicación heredada y luego se procedía a crear un nuevo relato imaginario mejor que el anterior, el cual se sometía a su vez a la crítica. Lo que debemos de aprender es que la victoria en el debate no es nada, mientras que la menor clarificación  del problema propio, incluso la menor contribución a una comprensión más clara de  la posición personal o la del adversario, es un gran éxito.

En tal sentido la discusión racional es rara. Pero es un ideal importante, y se puede aprender a gozar de él.  No apunta a la conversión, y es  modesto en sus expectativas. Cuando una discusión no logra expectativas se convierte en un pesimismo general relativo a la utilidad de las discusiones, esta actitud es sana, pero conlleva  al relativismo, esto es  que no hay verdad absoluta u objetiva, sino más bien una verdad para cada una, indistintamente. En la medida en que solo nos hallemos ante reglas o costumbres convencionales, no hay peligro en tomar demasiado en serio el mito del marco.

El relativismo cultural y la doctrina del marco cerrado son serios obstáculos a la disposición de aprender de los demás. Son obstáculos al método de aceptar ciertas instituciones, modificarlas, aceptar otras y rechazar lo que es malo. Hay otros que sostienen el mito de que no se puede discutir racionalmente los marcos de leyes y costumbres. Afirmando que la moral es idénticas a la legalidad, la costumbre o el uso, y que, por lo tanto, es imposible juzgar, o incluso discutir, si un sistema de costumbres es moralmente mejor que otro.

A juicio de Karl, la relatividad ontológica , aunque  es un obstáculo para una comunicación fácil, puede dar muestra de inmenso valor  en los casos más importantes de choque cultural, siempre que se la pueda superar,  puesto que los participantes pueden liberarse de prejuicios inconscientes, adquiridos al dar inconscientemente, por supuestas ciertas teorías.

Señala que vivimos  en una suerte de prisión intelectual, establecida por reglas estructuradas por nuestra lengua. Las prisiones son los marcos, y aquellos a quien no le gusten las prisiones se opondrán al mito del marco. Darán bienvenida a discusiones  con un compañero que venga de otro marco, pues eso le dará la oportunidad  de  descubrir las cadenas que hasta ese momento no habían sentido, romperlas y trascenderse. Pero no hay duda de que esta evasión de la prisión personal no es una cuestión de rutina, solo puede ser el resultado de un esfuerzo crítico y creador. La transición de un marco viejo a uno nuevo se ve como un proceso que no debe estudiarse desde el punto de vista lógico  (pues en lo esencial, no es total, sino solo mayormente racional), sino desde un punto de vista psicológico y sociológico.

Así, las discusiones se pueden prolongar indefinidamente. Y aunque siempre hay intentos por  transformar la sociedad de los científicos en una sociedad cerrada, estos intentos no han tenido éxito. Los sostenedores del mito del marco distinguen; periodos racionales de ciencia, que se desarrollan en el seno de un marco (que pueden  describirse como periodos de ciencia cerrada o autoritaria) y periodos de crisis y revolución (descrita como salto cuasi irracional de un marco a otro).  No hay duda que existen científicos que siguen las huellas de otros, o ceden  a la presión social y acepten una nueva teoría, por que la han aceptado los expertos, las autoridades. Karl, admite que hay modas de ciencia y también presión social.

El método de la ciencia, el método de la discusión crítica, es lo que nos permite trascender no solo nuestro marco culturalmente adquirido, sino también nuestro marco innato. Distingue de modo lógico dos métodos: un método equivocado de crítica, que conduce al dogmatismo, a un regreso al infinito o a una doctrina relativista de marcos racionalmente inconmensurables, y por el contrario un método correcto de crítica, que consiste en comparar las consecuencias de diferentes teorías (marcos) y tratar de descubrir cuál de las teorías o marcos en competencia tienen consecuencia preferibles para nosotros. Así, la fiabilidad de nuestros métodos trata de sustituir todas nuestras teorías por otras mejores. Tarea difícil, pero no imposible. Podemos escoger la persecución de una meta  o un objetivo, como la meta de comprender mejor el universo en que vivimos, y comprendernos mejor a nosotros mismos como parte de él, lo cual es independiente de las teorías o los marcos particulares que construimos para tratar de satisfacer ese propósito.

En conclusión, Karl señala que los marcos, como las lenguas pueden ser barreras, incluso prisiones, pero no son marcos absolutos, podemos irrumpir  en el de la misma manera que podemos evadirnos de nuestro marco, de nuestra prisión: será difícil superar barreras, vale la pena intentarlo, pero  es probable que compense nuestros esfuerzos  ampliando nuestro horizonte intelectual  y ofreciéndonos una buena dosis de placer. Lo mismo ocurre con la superación de la barrera  de un marco. Una superación de esta índole es para nosotros un descubrimiento, a menudo ha conducido a una superación en ciencia, y es posible que vuelva  hacerlo.

 Resumen presentado por: Nancy Carlos Rojas

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