SEPTIMA
SEMANA
SEGUNDA
LECTURA
LA
ESTRUCTURA DE LA CIENCIA. PROBLEMAS DE LA LÓGICA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Ernest Nagel
Es
el objetivo fundamental de toda ciencia. Las ciencias pretenden,
sustancialmente y ante todo, dar explicaciones sistemáticas y bien
fundamentadas del máximo número posible de regularidades naturales. Por
explicación hay que entender, en principio, toda respuesta que sigue a un «¿por
qué?». Como las preguntas son ambiguas y pueden hacerse desde muchas
perspectivas, los tipos de explicación que se intentan son también múltiples.
Normalmente se entiende que las explicaciones se hacen recurriendo a leyes y principios
y que éstos son satisfactorios. No son explicaciones satisfactorias, y no son,
por tanto científicas, aquellas que recurren a la intervención de poderes o
seres imaginarios; las que provienen de la llamada «filosofía popular», o de la
«sabiduría popular» y las que son propias de las técnicas y saberes prácticos.
Este tipo de explicación ha cumplido su propia función histórica, como antesala
y preparación de la ciencia, pero ésta, asumiendo los mismos objetivos
(entender y explicar el mundo) ha mejorado la manera de hacerlo (metodología
científica).
Según
Nagel, hay cuatro modelos fundamentales de explicación:
1. Modelo deductivo:
Según
este modelo, cuya elaboración se debe principalmente a Hempel y Oppenheim, y
que adoptó la concepción heredada de la ciencia, las explicaciones se expresan
en forma de argumentos deductivos, en los que las premisas, denominadas
explanans justifican necesariamente la conclusión, que se llama explanandum.
Supongamos
que queremos explicar por qué el brazalete de Ana se fundió cuando se calentó a
1063 grados C. Podemos hacerlo observando que el brazalete de Ana es de oro y
que las cosas que son de oro funden cuando se las calienta a la temperatura de
1063 grados. Podemos ejemplificarlo de la siguiente manera:
Todos
los objetos de oro, si se calientan a una temperatura igual o superior a 1063
gradosC, funden (ley general)
El
brazalete de Ana era de oro y fue calentado a 1063 grados C (condiciones
iniciales)
Según
Hempel, este modelo debe cumplir con determinadas condiciones (3 lógicas y 1
empírica):
El
explanandum debe ser una consecuencia (deductiva o probabilística) del
explanans; elexplanans debe contener al menos una ley general, en la que se
funda la fuerza deductiva o probabilística del explanandum; la premisa
legaliforme del explanans debe cumplir con el requisito de contrastabilidad
empírica (sus enunciados han de ser contrastables); el explanans ha de ser
verdadero (ver texto ).
I.
Condiciones lógicas de la adecuación
R1.
El explanandum ha de ser consecuencia lógica del explanans: el explanandum debe
deducirse lógicamente de la información que contiene el explanans, pues de otro
modo el explanans no constituiría la base adecuada para el explanandum.
R2.
El explanans ha de contener leyes generales, y éstas deben ser realmente
necesarias para derivar de ellas el explanandum. No haremos sin embargo
condición necesaria de una explicación sólida que el explanans contenga al
menos una afirmación que no sea una ley;
R3.
El explanans tiene contenido empírico, es decir, debe ser capaz, al menos en
principio, de comprobación mediante experimentación u observación. Esta
condición está implícita en (R1), puesto que si se da por supuesto que el
explanandum describe un fenómeno empírico, de (R1) se sigue que el explanans
entraña al menos una consecuencia de carácter empírico, y este hecho le
confiere comprobabilidad y contenido empírico. Pero este punto merece mención
especial dado que determinados argumentos que se han ofrecido como
explicaciones en las ciencias naturales y en las sociales violan tal requisito.
II.
Condición empírica de la adecuación.
R4.
Las oraciones que constituyen el explanans deben ser verdad. Es evidente que,
en una explicación sólida, las afirmaciones que constituyen el explanan han de
satisfacer una serie de condiciones de corrección fáctica. Pero podría resultar
más adecuado estipular que el explanans debe verse confirmado en sumo grado
mediante todas las pruebas pertinentes de que se disponga, más que ser
verdadero.
2. Modelo probabilístico
Explicación
propia de aquellas ciencias que recurren a hipótesis probabilísticas o
estadísticas, por ejemplo, las leyes de la herencia (¿Por qué sucede que en la progenie de guisantes híbridos obtenidos
cruzando progenitores redondos y arrugados aproximadamente 3/4 de los guisantes
son siempre redondos y 1/4 arrugados? Obviamente, el hecho es una regularidad
estadística, no una invariable asociación de atributos y está formulada como la
frecuencia relativa de una característica determinada en cierta población de
elementos.).
En
este caso, las leyes a las que podemos recurrir para explicar el problema, al
ser de naturaleza probabilística o estadística, no permiten el uso de un
esquema nomológico-deductivo. En aquellos casos en que la premisa que tiene
forma de ley es de carácter estadístico, la conclusión, el explanandum, no se
deduce necesariamente y tiene sólo un valor de probabilidad (estadística); o lo
que es lo mismo, el explanans implica al explanandum sólo con un cierto grado
(por elevado que sea) de probabilidad.
Se
trata, por consiguiente, de un razonamiento inductivo y la clase de
explicaciones que siguen este modelo se denominan explicaciones probabilísticas
o inductivo-estadísticas (I-E), que gozan de probabilidad inductiva o lógica,
por lo que sólo confieren verosimilitud.
Como
que este modelo inductivo-nomológico admite la posibilidad de construir dos
explicaciones con explanans lógicamente compatibles, cuyos explanandum resultan
lógicamente incompatibles entre sí.
Hempel
precisó posteriormente que una explicación de este tipo es buena sólo si
muestra que su explanandum tiene una alta probabilidad de ocurrir.
3. Modelo genético
Propio
de las ciencias humanas de ámbito histórico, describe la manera cómo ha
evolucionado o variado a lo largo de la historia el explanandum, u objeto que
debe explicarse, a partir de otro anterior. En las premisas deberá incluirse un
gran número de sucesos o hechos particulares, que resulten pertinentes con el
explanandum y que mantengan con él una supuesta relación de causa y efecto.
Como toda explicación, hecha según el modelo deductivo, las premisas han de
incluir también alguna ley general (fuertes tendencias). Estas leyes generales serán
normalmente suposiciones generales sobre relaciones causales entre sucesos (ver
texto).
¿Por
qué la lengua inglesa actual tiene tantas palabras de origen latino? El hecho
histórico para el cual se pide una explicación, en este caso, es un complejo conjunto
de hábitos lingüísticos manifestados por ciertos hombres durante un período
histórico definido un poco vagamente, en diversas partes del mundo. También es
importante observar que, en este ejemplo, la pregunta «¿por qué?», a diferencia
de las preguntas anteriores, tácitamente pide una explicación acerca de cómo se
ha desarrollado determinado sistema hasta adquirir su forma actual, a partir de
alguna etapa anterior del sistema. [...] Una explicación admisible del hecho en
cuestión, por lo tanto, tendrá que mencionar cambios sucesivos a través de un
período de tiempo y no solamente un conjunto de sucesos en algún tiempo inicial
anterior. Por lo tanto, la explicación corriente de ese hecho incluye
referencias a la conquista de Inglaterra por los normandos, al lenguaje
utilizado por los vencedores y los vencidos antes de la conquista y a los
procesos que se operaron en Inglaterra y en otras partes después de la
conquista. Además, la explicación supone una serie de generalizaciones más o
menos vagas (no siempre formuladas explícitamente, y algunas de las cuales, sin
duda, tienen un contenido estadístico) concernientes a las formas en que los
hábitos lingüísticos de comunidades con lenguas diferentes sufren alteraciones
cuando estas comunidades entran en un íntimo contacto.
4. Modelo funcional o
teleológico
Explica
su objeto propio (explanandum propio de la biología, psicología, antropología y
ciencias sociales humanas) en términos de acción, función o fin (telos). Es
distintivo de los sistemas a los que, de algún modo, se atribuye «finalidad», o
«intencionalidad». Se caracteriza por utilizar expresiones como: «con la
finalidad de...», «para que...», etc. Lo que debe explicarse (explanandum), en
una explicación de tipo funcional, es una acción, según aquella expresión: «la
función de x es hacer y» (la función del corazón es bombear la sangre en el
organismo). Se suele distinguir entre explicación funcional y explicación
teleológica.
La
explicación funcional considera hechos generales del mundo animal que se refieren
a la acción de una parte con miras al funcionamiento del todo, mientras que la
explicación teleológica trata de hechos particulares de individuos dotados de
la conciencia de fin (finalidad propia) o de conductas «activiformes» (que
parecen tender a un fin). Una y otra suelen oponerse a las explicaciones
causales.
Algunos
filósofos actuales, siguiendo a Bas van Fraassen, piensan que la función de la
ciencia es hacer predicciones, no la de ofrecer explicaciones. Van Fraassen
considera que las explicaciones solamente tienen un valor meramente pragmático
y psicológico, ya que actúan como instrumentos conceptuales destinados a
reducir nuestra ansiedad ante lo inesperado, lo sorprendente o maravilloso.
Resumen elaborado por Dante
Hurtado
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