SEXTA
SEMANA
SEGUNDA
LECTURA
“VERDAD
Y APROXIMACIÒN A LA VERDAD”
KARL
POPPER
Popper podría
prescindir del vocablo “verdad” para hablar
de la ciencia, de su avance y de su criterio de progreso, esto lo
podemos verificar cuando expresa me parece más seguro discutir sobre el
criterio del progreso de la ciencia sin adentrarme demasiado en el muy
controvertido problema relacionado con el empleo de la palabra “verdad”,
aceptaba la correspondencia objetiva o absoluta de la teoría de la verdad,
considerada como su correspondencia con los
hechos, entre una afirmación y un hecho”, para evocar cuan vana parecía esta situación
señala como ejemplo el Tractatus de
Wittgentein con su teoría de proyección de la verdad. En este libro se concibió una proposición como
una pintura, imagen o proyección del hecho que se intenta describir, como si
tuviera la misma estructura que ese hecho. Además para explicar tal
correspondencia menciona a Schlick quien
dio una crítica clara de varias teorías
de esta correspondencia, que a su vez creó otra teoría que no resultó mejor y
cambió la teoría de Tarsky cuyo mayor logro para la filosofía de las ciencias
empíricas, es que rehabilitó la teoría de la correspondencia de la verdad
absoluta y objetiva. Tarsky reivindicó
la utilización libre de la idea intuitiva de la verdad como correspondencia con
los hechos, en opinión de Popper, errónea
pero que es decisiva para su argumento.
Tarsky tuvo el mérito de descubrir que, a pesar de su aparente
trivialidad contenían la solución del problema de explicar la correspondencia
con los hechos, para ello se debe
utilizar un metalenguaje donde se puede hablar de dos cosas: las afirmaciones y
los hechos a los que se refieren (metalenguaje “semántico”).
Gracias
a la obra de Tarsky, la idea de la verdad objetiva y absoluta, goza hoy de la
aceptación de cuantos la han entendido bien.
La dificultad para entenderla parece haber tenido dos fuentes: primero,
la combinación de una idea intuitiva simplísima con cierta complejidad en la
ejecución del programa técnico que genera; segundo: el dogma tan difundido pero
erróneo, de que una teoría satisfactoria de la verdad; tendría que ser una
teoría de creencia verídica, bien fundamentada o racional. Las tres rivales de la teoría de la
correspondencia de la verdad, la teoría de la evidencia, que confunde “lo que
se sabe ser verdad” con la “verdad”, la teoría pragmática o instrumentalista,
que confunde lo útil con lo verdadero, son teorías
subjetivistas ( o “epistémicas”) de
la verdad, en contradicción con la teoría de Tarsky, objetivista (o ”meta lógica”).
Son subjetivistas en el
sentido de que surgen de la posición subjetiva fundamental que puede concebir
el conocimiento sólo como una especie de estado mental o como una disposición o
clase especial de creencia. Todas estas
teorías intentan definir la verdad en términos de las fuentes u orígenes de
nuestras creencias, o en términos de nuestras operaciones de verificación, o de
algún conjunto de reglas de aceptación o en término de nuestras convicciones
subjetivas.
La
teoría objetivista de la verdad nos
lleva a tener una actitud muy diferente, permite expresar aseveraciones como:
una teoría puede ser verdadera aunque nadie crea en ella, aunque no tengamos
razones de peso para aceptarla o para creer que es verdadera; otra teoría puede
ser falsa, aunque tengamos comparativamente buenas razones para aceptarla. Esta
teoría es muy antigua, anterior a Aristóteles, pero Tarsky ha disipado la
sospecha de que la teoría objetivista de la verdad como correspondencia con los
hechos, puede ser contradictoria en sí misma.
Una ventaja de la teoría de la verdad objetiva o absoluta es que nos
permite decir que buscamos la verdad, pero quizá no podemos saber cuándo la
hemos encontrado; que no tenemos un criterio para definir la verdad, pero que,
no obstante nos guía la idea de la verdad como un principio regulador, y que,
aunque no existan criterios generales con los que podamos reconocer la verdad,
excepto quizá, la verdad tautológica, existe una especie de avance hacia la
verdad.
En
1944, cuando Tarsky publicó el primer bosquejo de sus investigaciones acerca de
la teoría de la verdad, desde entonces ha mejorado la situación, el
subjetivismo aún abunda en la filosofía de la ciencia y especialmente en el
campo de la teoría de la probabilidad.
Todas estas teorías subjetivistas son irrefutables, porque siempre es
posible sostener el punto de vista todo cuanto decimos acerca del mundo, podría
sustituirse por una afirmación de creencia.
Para
el autor la ciencia no tiene nada que ver con la búsqueda de la certeza o de la
probabilidad o de la confiabilidad. No le interesa establecer teorías
científicas seguras, ciertas o probables, sólo le interesa criticarlas y
ponerlas a prueba para encontrar los errores, aprender de los errores y
elaborar nuevas teorías. Como crítico o
negativista considera que la ciencia constituye la búsqueda de la verdad. La idea misma del error y de la falibilidad
implica la idea de una verdad objetiva como como la norma a la que casi
podremos llegar. Acepta que la idea de que la tarea de la ciencia consiste en
la búsqueda de la verdad, teorías verídicas.
Insiste en que la verdad no es el único objetivo de la ciencia, lo que
buscamos es la verdad interesante, la verdad difícil de obtener. Y en las ciencias naturales lo que busca es
la verdad que tenga un alto grado de poder explicativo, que implique la verdad
lógicamente improbable. No quiere solo la verdad, si no más verdad y nueva
verdad, busca respuestas a los problemas, un problema difícil, fértil, de
alguna profundidad, una verdad, o una conjetura acerca de la verdad, se vuelve
importante para la ciencia. Entonces los
negativistas no encontrarían muchos usos
para la idea de la verdad. Porque nuestras ideas sobre el progreso científico y
sobre el intento de resolver problemas no están estrechamente vinculadas con la
verdad. Se interesa por la verdad interesante y pertinente, este interés se
debe por su convicción metodológica de que sólo con la ayuda de tales
conjeturas se puede tener la esperanza de descubrir una verdad pertinente e
interesante. Intenta resolver un
problema interesante mediante una conjetura audaz, si resulta falsa servirá
para aprender de los errores, aprender mucho acerca de la verdad y nos
acercaremos más a ella. Por
consiguiente, sostiene que ambas ideas, la idea de la verdad, en su sentido de
correspondencia con los hechos y la idea del contenido desempeñan papeles de
más o menos igual importancia y que ambas pueden arrojar mucha luz sobre la
idea del progreso en la ciencia.
Respecto
al avance del conocimiento científico, muchas personas han opinado que, aunque
no sabemos cuán cerca estamos de la verdad, podemos aproximarnos cada vez más a
la verdad.
A
Popper le parece que es posible determinar cuándo una teoría parece
corresponder mejor a los hechos que otra y establece seis tipos de casos en que
una teoría (t1) ha sido superada por otra (t2), es decir, veremos cuando puede
decirse que existe un avance científico, por teorías que se superan, el
criterio será el acercamiento a la verdad, entonces t2 estará más próxima a la
verdad que t1 si y sólo si: 1) t2 hace
aseveraciones más precisas que t1 y soporta pruebas más precisas. 2) t2 toma en cuenta y explica más hechos que t1. 3) t2 describe o explica los hechos con
mayor detalle que t1. 4) t2 ha pasado
pruebas en las que t1 ha fracasado. 5)
t2 ha sugerido nuevas pruebas experimentales, no consideradas antes de que se
diseñara t1 y ha pasado esas pruebas.
6) t2 ha unificado o conectado entre si varios problemas hasta entonces
inconexos o no relacionados por t1. Así
cuando exista una mayor aproximación a la verdad, diremos, en terminología
popperiana que nos encontramos ante una mayor verosimilitud.
Popper
establece tres puntos no técnicos. El primero es que nuestra idea de
aproximación a “la verdad”, o de verosimilitud, tiene el mismo carácter
objetivo y el mismo ideal de principio regulador que la idea de la verdad
objetiva o absoluta. El segundo punto
es: la verosimilitud está definida de tal manera que se logrará la máxima
verosimilitud sólo mediante una teoría que no únicamente sea verdadera, sino
que sea cabalmente verdadera: si corresponde a todos los hechos y sólo a los
hechos reales. Pero todo esto se aplica
sólo al máximo grado de verosimilitud y no a la comparación de teorías respecto
a su grado de verosimilitud. La
utilización comparativa de esta idea es su elemento más importante: y la idea
de un grado más alto o más bajo de verosimilitud parece menos remota y más
aplicable y acaso más importante para el análisis de los métodos científicos
que la idea de la verdad absoluta, en sí misma mucho más fundamental.
La tercera proposición explica la teoría de la comprobabilidad o corroboración mediante pruebas empíricas es
la teoría metodológica que apoya a esta idea metalógica. De ésta manera, la teoría de Newton nos
permitió predecir algunas desviaciones de las leyes de Kepler, la teoría de
Kepler seguía siendo respecto de la de Newton, una “primera aproximación”, se
puede seguir hablando de mejores o peores aproximaciones a la verdad.
Resumido por: Julia Oria
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